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Sri Lanka: a Packer le dijeron que no es bienvenido en Sri Lanka

Australian casino owner James Packer has been told he is unwelcome ‘in this lifetime’ in Sri Lanka by the country’s new Prime Minister.

Having withdrawn from plans to build a $350m luxury resort in Colombo, Mr. Packer’s Crown Resorts has been told by Prime Minister Ranil Wickremesinghe to stay away.

He said: “Packer says he will not come. Who asked you to come? Please don’t come – not in this lifetime.”

The new government vetoed three casinos approved by the former government with Crown not willing to build the resort without a casino. The new government has also refused the five per cent tax rate that had been approved to Mr Packer. The deal would have seen Packer save up to $1bn in 10-year tax breaks.
Previous President Mahinda Rajapaksa wanted casinos in Colombo to boost tourism. They wanted to double the foreign tourist count to 2.5m by 2016. It had wanted to revamp an entire street along Lake Beira for new casinos, creating Sri Lanka’s own mini Vegas Strip. The plan was to offer 10-year tax breaks on income generated from visitors.

Crown ha planeado construir Crown Sri Lanka, considerado un complejo turístico de visita obligada ubicado en el lago Beira en el distrito turístico de Colombo. La instalación de 5 estrellas habría ofrecido aproximadamente 450 habitaciones y suites, experiencias gastronómicas exclusivas y ofertas de entretenimiento, espacios para conferencias y eventos, áreas de juegos, puntos de venta minorista y una atracción de agua especialmente diseñada.

John Keells Holdings, el conglomerado cotizado más grande de Sri Lanka, planeaba invertir 650 millones de dólares en otro complejo turístico, lo que suponía la mayor inversión realizada por una empresa nacional en Sri Lanka. El complejo, que debía abrir sus puertas en 2018, habría incluido un hotel de lujo de 900 habitaciones, salas de conferencias, un centro comercial, apartamentos residenciales, un complejo de oficinas y un casino.

Si bien el progreso había sido rápido a lo largo de 2013, los planes se estancaron debido a la oposición de los líderes budistas en medio de la preocupación por las exenciones fiscales propuestas para el proyecto.