Revistas
Septiembre 2012
Tenía unos 10 años cuando hubo un escándalo en la calle de mi abuela.
Un vecino se fue de vacaciones dejando a su perro, un alsaciano, solo en casa. El vecino, presumiblemente habiendo explicado al perro antes de la partida que lo dejarían durante 12 días, mientras ellos disfrutaban del sol en Tenerife, le dio a su mascota un sorprendente nivel de autonomía.
El propietario abrió 12 latas de comida para perros, esperando que su animal racionara las porciones durante quince días. Al encontrarse solo y creer que todas sus Navidades habían llegado a la vez, el canino encantado devoró de una sola vez casi dos semanas de comida.